Descripción general
El gallo pertenece al orden de los Pleuronectiformes. Es un pez plano, sus ojos están situados en la cara dorsal mirando hacia la izquierda, grandes muy próximos pero separados por una cresta ósea y ligeramente descentrados. Su cuerpo es ovalado, alargado y comprimido, con escamas pequeñas. Dispone de una boca muy grande y oblicua, y mandíbula inferior prominente. El origen de la aleta dorsal está muy cerca de la boca. Las aletas dorsal y anal finalizan en el nacimiento de la cola. La aleta caudal terminada en punta obtusa. Las aletas pectorales están más desarrolladas en la cara ocular que en la ventral. La línea lateral presenta una curvatura acentuada
Hábitat y pesca
Es una especie con cuerpo principalmente adaptado a la vida bentónica, mal nadador que se mueve por ondulación sobre los fondos migajosos (blandos, arenosos o arcillosos) donde caza al acecho, mientras reposa tendido sobre uno de los flancos. Más habitual entre 100 y 400 m, hasta profundidades de 600-900 m. Se alimenta de pequeños seres marinos (peces, crustáceos, cefalópodos, etc.) y su reproducción se localiza en los meses de marzo y abril primordialmente. Otra singularidad es que los alevines, al nacer, tienen los ojos dispuestos normalmente y nadan en plena mar. Durante el crecimiento, uno de los ojos migra para acercarse a su análogo del otro costado. Una vez transcurrida esta metamorfosis, el alevín va al fondo y reposa sobre el costado ciego que no se pigmentará. El gallo del Norte es más típico de aguas atlánticas (desde Gibraltar a Noruega y a Islandia); mientras que el gallo de cuatro manchas es más común en el Mediterráneo. Como en todos los pescados planos, el arte de pesca más utilizado es el arrastre de fondo. Los meses de mayor oferta de gallo son marzo y abril.
Valoración nutricional
Es un pescado blanco, con bajo contenido en grasa —1,9 g por 100 g de porción comestible—, con un aporte calórico moderado, rico —aunque no tanto como otros pescados— en ácidos grasos poliinsaturados omega 3, y alto valor proteico. PESCADOS Gallo Del contenido en minerales, son igualmente destacables el selenio y el fósforo —con aportes próximos al 40% de las ingestas recomendadas al día (IR/día) para dichos minerales—, y con menor relevancia, el yodo y magnesio —con aportes del orden del 15% de las IR/día—. Para el hierro, la misma ración cubre el 11 y 6% de las IR/día para hombres y mujeres respectivamente, dado que son estas ingestas las únicas en las que la recomendación es superior para las mujeres que para los hombres. La vitamina B12 vuelve a ser la vitamina mayoritaria en el gallo, la porción comestible de una ración ofrece el 60% de las IR/día; le siguen la vitamina B6 y los equivalentes de niacina, con aportes moderados; y leves para el resto de las vitaminas hidrosolubles comentadas (tiamina, riboflavina y ácido fólico).